"Cuando amas a alguien, dejas que robe tu corazón. Se lo das con felicidad, y ya no piensas más en ti, sólo en la persona que amas. Entonces todo es alegría, todo es luz, y la felicidad de tu ser amado es la tuya.
Cuando odias a alguien, también dejas que robe tu corazón, pero no con felicidad, sino con rencor, y ya no piensas más en ti, sino en la persona que odias. Entonces todo es oscuro, vano, triste y fatal. En ese caso, harías bien en dejar de odiar, y pedir que te devuelvan el corazón por medio del perdón. Así recuperas la luz y la alegría que te faltan."
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